Arquitecto Alberto Domínguez Echeverri
Soy arquitecto colombiano.
En poco más de 20 años he trabajado de la mano de Eternit – como empleado y luego como proveedor – en el desarrollo de productos innovadores y sistemas constructivos prefabricados. Junto al arquitecto Álvaro Enrique Torres – Jefe de Desarrollo de Productos y a quien considero un gran amigo, hemos desarrollado lo que hoy se conoce como el Sistema Celular.
A lo largo de los años diseñé, desarrollo, y patenté este sistema constructivo, que hoy en día tiene vuelo propio y un sin número de gestores, constructores y promotores. Desarrollamos viviendas, cabinas, módulos sanitarios, y otras construcciones – que de seguro verán en mis artículos y propuestas en este sitio Web.
Inicié con el objetivo de traer bienestar a la población mayoritariamente rural y el acceso a construcciones y soluciones de calidad bajo un modelo de construcción en seco.
¿Por qué un sistema celular de construcción liviana?
Las sociedades tercermundistas, como el país donde he vivido toda mi vida, se resisten al cambio. La tradicional vivienda a medio construir, «cambuche» o «rancho» se niega a desaparecer y dar espacio a construcciones y espacios dignos y modernos. En parte, esta resistencia se debe a la forma en que construimos, y como lo hemos hecho por muchos años.
Las construcciones livianas, por estar alejadas de las tradicionales obras de ladrillo y concreto, representan para la mayoría de los ciudadanos, un objeto de desconfianza, inseguridad y, desde luego reflejan ignorancia.
En otros casos el afán de recibir los donativos o subsidios económicos en dinero en efectivo resultan en cuatro paredes torcidas, comunidades completas en obra negra, obras pobres para pobres que vivirán por siempre como pobres. Este ciclo vicioso y degradante solo ha generado pobreza y ha permitido el fortalecimiento de la corrupción.
Las comunidades humildes, destechadas o desplazadas, generalmente carecen de habilidades constructivas y resuelven su necesidad de vivienda con el uso de cartones, latas, plásticos, secciones de maderas y en general de toda clase de subproductos o deshechos que les sea de utilidad para conformar un abrigo habitacional. Cas siempre en terrenos generalmente ajenos o irregularmente vendidos.
Pero en su pensamientos interiores esta la casa que tiene el terrateniente o ciudadano de clase alta, de ladrillo, concreto, rodeada de rejas de seguridad, ascensor y demás aditamentos que jamas ha tenido. Y por ello estos sistemas de construcción liviana le parecen inapropiados para satisfacer esos deseos. Lo que exije capacitación y educación en estas comunidades para que entiendan que en la medida que exista un mejoramiento en la calidad de vida se accede mas fácilmente a esos sueños materialistas y que es con estos sistemas constructivos que solamente se puede lograr una masificación de viviendas para resolver de una ves por todas los déficit presentados año a año en las naciones pobres.
Gracias a mi amado hijo Alberto, brillante ingeniero de sistemas de la Universidad de los Andes – Bogotá D.C. quien me ha apoyado en esta idea de hacer pública mi labor de arquitecto y su desinteresado trabajo permanente en mantener este blog al aire y actualizado.
Por fin en la red global!